lunes, 20 de agosto de 2007

Poetas Uruguayos

Tengo una gran admiración por dos poetas uruguayos que son profundamente porteños. Me atrevería a definirlos como dos amantes de Buenos Aires, de sus calles, de sus noches, de su cultura, de sus cafés, de su gente, de sus parques y plazas. Me refiero a Horacio Ferrer y Fernando Estévez Griego. Ferrer es el más grande poeta uruguayo de todos los tiempos, es un doctor del lunfardo y un poeta del tango. Fernando Estévez Griego es un gran poeta que cultiva todos los estilos de la poesía habidos y por haber. Puede escribir desde un aforismo Zen o Taoista, a un poema subrrealista o una poesía romántica. Ellos nacieron en Montevideo al igual que los dos más grandes escritores uruguayos de todos los tiempos, me refiero a: Mario Benedetti y Eduardo Galeano. Admirarlos es una expresión poco feliz porque ellos nos sorprenden siempre. Son dos escritores geniales y superlativos. Dos enamorados de nuestra querida Montevideo. Si bien la prosa de Mario es conocida por todos, no puedo ocultar que la poesía de Benedetti es tan hermosa como la prosa de Galeano. Es tan sentida como las palabras de Idea Vilariño, o las letras de los inmortales Alfredo Zitarrosa, José Carabajal y Jaime Roos. De los tres poemas de Onetti eligí el más hermosos de todos. A ellos y a todos los poetas uruguayos mi pequeño homenaje con eterna gratitud. Pablo Martínez Peirano

Lo que necesito de ti - Mario Benedetti

No sabes como necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
!!! Ya no puedo... seguir así !!!
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.
Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aun !!!Te sigo extrañando!!!

Balada para un loco - Horacio Ferrer

Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese que se yo, ¿viste? Salgo de casa por Arenales, lo de siempre en la calle y en mi, cuando de repente, detrás de ese árbol, se aparece el, mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus. Medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas clavadas en los pies y una banderita de taxi libre en cada mano...Ja...ja...ja...ja... Parece que solo yo lo veo, porque el pasa entre la gente y los maniquíes me guiñan, los semáforos me dan tres luces celestes y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares, y así medio bailando, medio volando, se saca el melón, me saluda, me regala una banderita y me dice...

Ya se que estoy piantao, piantao, piantao,
no ves que va la luna rodando por Callao
y un coro de astronautas y niños con un vals
me baila alrededor...
Ya se que estoy piantao, piantao, piantao,
yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrion;
y a vos te vi tan triste; veni, vola, senti el loco berretin
que tengo para vos.
Loco, loco, loco, cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sabana vendre con un poema
y un torombon a desvelar el corazón.
Loco, loco, loco, como un acrobata demente saltare
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloqueci tu corazón de libertad, ya vas a ver.
Y así el loco me convida a andar
en su ilusión super-sport,
y vamos a correr por las cornisas
con una golondrina por motor.
De Vieytes nos aplauden. Viva, viva...
los locos que inventaron el amor;
y un angel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.
Nos sale a saludar la gente linda
y loco pero tuyo, que se yo, loco mio,
provoca campanarios con su risa
y al fin, me mira y canta a media voz:
Quereme asi, piantao, piantao, piantao..
trepate a esta ternura de loco que hay en mi,
ponete esta peluca de alondra y vola, vola conmigo ya:
veni, quereme así piantao, piantao, piantao,
abrite los amores que vamos a intentar la tragica locura
total de revivir, veni, vola, veni, tra...lala...lara...

Ojalá -Fernando Estevez Griego

Ojalá que nunca se pierdan
esos pequeños instantes,
que me hicieron,
me hacen,
y me harán amarte,
cada día que pienso en tí.

Fuiste, sos, y serás, uno d´ esos trozos
delicados.... ,
pequeños, frágiles, dulces y alegres,
que viven dentro, muy dentro de mí,
y q´ a veces saco a la luz,
para que me llenen tan solo, de vos,
mis momentos.

AMOR - Idea Vilariño

Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.

Balada para un porteño viejo - Horacio Ferrer

Porteño, aristócrata y reo,
varón pa' quererlo tanto
la sabe lunga, profeta y burlón,
más que por viejo, por diablo.

Gardel para el verso y las pilchas,
el mismo con guita que pato,
es rosista y donjuán y oye misa
y aún lo erizan Ravel y Cobián.

Dramático, chiflado y buen gomía,
se escapó de un cuento de Roberto Arlt,
con pícara melancolía
muere de nostalgia, pero vive al día.

Bribón que a un metejón le saca punta
con la chiquilina del Che y de los jeans
y al alba un whiscacho los junta.
meditándolo a Discepolín.

Bebió soledad y tormenta,
volvió de todas las copas,
cuenta su amor por su loca ciudad
¡y echa una flor por la boca!

Su fe vio pasar los gobiernos
y vino por planes y sueños
abrazado al molino de viento
donde insiste su patria ilusión.

Parece el buen Quijote en Buenos Aires,
niño y atorrante, poeta y señor,
los tangos son su Rocinante
y el pampero ancho le sirve de Sancho.

Ya solo, con la luna en el bolsillo
un dolor antiguo le puebla la voz
y piensa que no hay más fortuna
que un hermano en la buena de Dios.

El Sur también existe - Mario Benedetti

Con su ritual de acero
sus grandes chimeneas
sus sabios clandestinos
su canto de sirenas
sus cielos de neón
sus ventas navideñas
su culto de dios padre
y de las charreteras
con sus llaves del reino
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
el hambre disponible
recurre al fruto amargo
de lo que otros deciden
mientras el tiempo pasa
y pasan los desfiles
y se hacen otras cosas
que el norte no prohibe
con su esperanza dura
el sur también existe

con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de chicago
sus dueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con sus gesta invasora
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el Sur también existe

con su corno francés
y su academia sueca
su salsa americana
y sus llaves inglesas
con todos su misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
y su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena

pero aquí abajo abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur también existe